sábado, 16 de diciembre de 2017

Rodríguez Frentepopulero homenajea a Santiago Carrillo y retira la estatua de Franco


Anoche tuvimos talante del bueno; talante con ricino. Pero, ¿algún incauto se esperaba otra cosa? Se empieza, para disgusto de muchos socialistas chilenos que no quieren saber nada de aquella nefasta época, homenajeando al totalitario Salvador Allende y se termina celebrando el cumpleaños del responsable de la matanza de Paracuellos, Santiago Carrillo Solares. Por cierto, y antes que nada, hay que decir que al tinglado izquierdista PSOE, IU, ERC se ha unido definitivamente el PNV, que estuvo representado en la cena de resentidos por Juanjo Ibarretxe. El Lendakari parecía llevarse muy bien con el Presidente Rodríguez, quizás porque van a compartir pronto Gobierno en “Euzkadi”, Patxi López mediante.

Y es que el PNV puede unirse tranquilamente al nuevo Frente Popular o Frente anti-PP montado desde Ferraz, porque se comporta como un partido de extrema izquierda desde tantos ángulos, que del catolicismo ultraconservador de los socios fundadores de Sabin Etxea apenas queda nada. Y si no, vean: cercanía a ETA, apoyo a las listas electorales de la ultraizquierda separatista, enjundioso colaboracionismo con el régimen cubano, simpatías por los movimientos terroristas liberacionistas de Hispanoamérica, apoyo blindado a los teólogos de la liberación vascosalvadoreños, afán por la destrucción de España, asistencia a homenajes de genocidas izquierdistas, coalición gubernamental con el comunismo madrazista; brutal intervencionismo público, fomento del cooperativismo… ¿alguien da más? Vamos, ¡¡Ni el propio Carrillo de 1936!!


Bien, volviendo a Rodríguez Frentepopulero, parece que los sectarios de ayer y de hoy –ojo, que todos mantienen siglas y símbolos- se han empeñado decididamente en apuntalar el guerracivilismo. Y quieren:

-Ganar la guerra que perdieron hace 65 años, a pesar de que el bando victorioso estaba encabezado por un “incompetente militar”. “Incompetente” al que siguen dando lanzadas 30 años después de muerto.

-“Recuperar la memoria” –la habrán perdido ellos, porque a los demás las neuronas nos funcionan la mar de bien-, desenterrando muertos de un solo bando, porque los otros no merecen ningún recuerdo.

-Legitimar su golpe de estado izquierdista-separatista de 1934, de la mano de una rediviva y engreída Esquerra.

-Homenajear a los socialcomunistas marxistas (Pasionaria, Carrillo…) y jacobinos francmasones (Maciá, Companys…) que desde su profundo antiliberalismo se dedicaron a destruir el Estado de Derecho republicano.

Pero no se vayan a pensar que el tingladete socialista-separatista se conforma con todo ello. Anoche, el mundillo prisaico organizó un “merecido” homenaje a Santiago Carrillo Solares. Han sido tantos los servicios prestados a la causa… En 1936 era un títere de Stalin. En el 2005 es un vulgar títere de Polanco. Desde luego, hay que reconocer que Carrillo siempre le ha gustado estar bien apadrinado. Por cierto: ¿alguien se ha molestado en contar los secuaces de Polanco que asistieron al 90 cumpleaños de Carrillo?

Santiago Carrillo fue indudablemente uno de los responsables máximos –nadie lo dude- de la trágica guerra civil que sufrimos hace siete décadas. El solito se encargó de fusionar las juventudes socialistas y las comunistas para tener una sola milicia roja en España. Y fueron las Juventudes Socialistas Unificadas (JSU) las que apoyaban más que ningún otro sector político la pavorosa campaña largocaballerista de 1936 que alertó a toda la sociedad contrarrevolucionaria del peligro de bolchevización de España. Pero, con ser importante todo ello, nada es tan sustancial como la directísima responsabilidad del homenajeado sobre los 4.500 asesinados por el Frente Popular en Paracuellos del Jarama y buena parte de los 15.000 asesinados en toda la provincia de Madrid durante la Guerra Civil.

Porque, Santiago Carrillo, que jamás pisó un frente durante la Guerra (una cosa era montar frentes populares desde las trincheras dialécticas y otra era estar en las trincheras del frente militar), desde la Consejería de Orden Público que dirigía él personalmente, convenientemente asesorado por el camarada ruso Koltsov, especialista en exterminar a los quintacolumnistas del orden burgués que hiciera falta, cumplió la más alta misión que Stalin le tenía encomendada. Como Secretario de Orden Público en Madrid, Santiago Carrillo Solares eliminó físicamente a miles de españoles de todo tipo clase y condición: falangistas, conservadores, liberales, católicos, tradicionalistas, militares, ingenieros, arquitectos, empresarios, agricultores, estudiantes, maestros, tenderos… todos eran sospechosos de enemigos de la Revolución, y ante la duda, Don Santiago no temblaba. No temblaba ni ante su padre Wenceslao, a quien le dio el boleto el 15 de mayo de 1939 desde París, cuando acusó a él y a los suyos de (prepárense): fascistas, trotskistas, bujarinistas, traidores, zinovietistas, besteiristas, contrarrevolucionarios, traidores, ambiciosos, caballeristas-trotskistas, infames… para terminar con esta despedida “No, Wenceslao Carrillo, entre tú y yo no puede haber relaciones, porque ya no tenemos nada en común, y yo me esforzaré toda mi vida, con la fidelidad a mi Partido, a mi clase y a la causa del socialismo, en demostrar que entre tú y yo, a pesar de llevar el mismo apellido, no hay nada en común” (*). Lo mismo para Carrillo, la unión de sangre con un padre es un concepto burgués, nazi o vayan ustedes a saber…

Pero no fue Carrillo el único de los personajes siniestros que apareció en el festival del PRISOE. Allí estaban: un resucitado Felipe González Márquez, Presidente de los gobiernos de la época del GAL; Martín Villa, ministro del interior de los gobiernos de la época del Batallón Vasco-Español; el Lehendakari Ibarretxe, cuyo partido político pactó en 1998 con la banda terrorista ETA la destrucción de España; Llamazares, el médico que todavía confía en extender la revolución soviética al mundo entero desde La Habana… Y seguro que no faltó ningún representante del partido que pactó con ETA que matara allende las fronteras catalanas. Asimismo allí no podía faltar Iñaki Gabilondo, buque insignia de la emisora radiofónica que explotó al máximo el atentado terrorista del 11-M, llegando a inventarse la existencia de terroristas suicidas, para que el PSOE ganara las elecciones… Todos ellos bien “organizados” por Polanco… Polanco se ha convertido en el jefazo de la “casa común” de la izquierda. La casa a la que regresó hace unos años Santiago Carrillo, después de haberla abandonado la misma noche que comenzaban las matanzas más numerosas del Madrid del Frente Popular.

En estas y otras cuitas se entretiene José Luis Rodríguez Frentepopulero. Ya hemos escrito en más de una ocasión que lamentamos, como la del resto de españoles que murieron aquellos años, la muerte del comandante Lozano, abuelo de José Luis Rodríguez Frentepopulero y francmasón de pro. Pero, ¿Por qué no le reza un Padrenuestro o eleva una oración al Gran Arquitecto del Universo y nos deja tranquilos a los demás españoles?

Luego está el nefando mandilón que ha puesto al frente del Comisionado de las Víctimas del Terrorismo. Este personaje, súper sectario, jacobino, ultraizquierdista hasta más no poder, lleno de rencor e ignominia, cosas todas ellas que se adivinan en su rostro impenetrable, hierático y de hormigón armado, fue el encargado de zaherir a media España: “los buenos, los menos buenos y los malos”. Siempre lo han hecho así desde los tiempos de Azaña, cuando éste incitaba a la España católica, o Casares Quiroga, cuando llamaba “fascistas” a todos los que no eran frentepopulistas… Odian al adversario político y lo estigmatizan porque se les acaban los argumentos; porque no pueden soportar que nadie les lleve la contraria; porque suelen ser unos fracasados y están amargados; porque no suelen ser personas especialmente atractivas, ni física ni moralmente. En fin, ¿se ha preguntado el nauseabundo Alto Comisionado cuántas víctimas del terrorismo, como Gregorio Ordóñez son del equipo de “los malos”?; ¿se ha preguntado este personaje nombrado por Rodríguez Frentepopulero como máximo representante gubernamental de las víctimas del terrorismo, cuántas víctimas del terrorismo rojo lo fueron por obra y gracia de Santiago Carrillo? Mandilón se salió en su discurso jacobino; estuvo más repugnante que nunca. Pero, aunque parezca difícil, quédense con esto, todavía está por superarse. Las alimañas rencorosas, oscuras, siniestras y endemoniadas no tienen límite en su odio. No pueden ocultar su retorcido corazón, perdón, víscera, que así les gusta decir a los de su cuerda escuadrada y acompasada. Corazón les suena a aquello del Sagrado Corazón de Jesús y a Este, no lo quieren ver ni de lejos.

Y qué quieren que les digamos de la retirada de la estatua de Francisco Franco, con el permiso de otro adalid del mundo prisaico, porque aquí todo queda en casa, Alberto Ruiz-Gallardón. A nosotros nos parece absurdo borrar la Historia de España. Ahora bien, la actual conchabanza socialista-nazionalista se empeña en hacernos retroceder a debates ya superados, nosotros pedimos, exigimos la retirada de las estatuas y las calles dedicadas a personajes que, como Pablo Iglesias o La Pasionaria, tan contrarios a la Libertad de España, incitaban y provocaban asesinatos allí por donde pasaban. O todos o ninguno.


(*) Carta de Santiago Carrillo a su padre Wenceslao Carrillo el 15 de mayo de 1939 desde París. Publicada en Correspóndanse Internationale el 3 de junio de 1939 y en Jeunesses du monde el 6 de junio de 1939. Ricardo de la Cierva, Carrillo miente. 156 documentos contra 103 falsedades. Madridejos (Toledo), Editorial fénix, S.L., 1994, pp. 266 y ss. Documento 100.

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